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Estaba en un conocido café hablando con unos amigos acerca de las injusticias que nos rodean y del porqué de la aceptación cansina de situaciones, que a todas luces, deberían ser intolerables.
Uno de los asistentes, espetó al resto, "a mi me la pela, que les den". El problema que surge de tal actitud, es que no les dan. Y de esta forma, las situaciones de desigualdad, de injusticia y de opresión, se mantienen, con tendencia a establecerse indefinidamente.
Es por ello, que decidí que este segundo libro de la trilogía, Almiar de Emociones, sirviera como ejemplo, como acicate para el ejercicio de una de las profesiones de un poeta, como decía Anthony Burgess , cultivador de grietas, facilitador de la apertura de espacios nuevos en los muros cotidianos, que no por verlos todos los días, desaparece su función principal de contenedores de nuestras expectativas.
No me gustaría darle la razón a Cervantes cuando decía, que el año que es abundante en poesía, lo es también de hambre, pero me temo que el maestro sabía muy bien de lo que hablaba. Conozco muchos poetas que quedan aletargados cuando sus bolsillos se llenan de dinero, o su ego de vanidad. Espero que este libro procure herramientas nuevas, emociones renovadas para que juntos podamos luchar por un mundo mejor.
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Dejad al menos que me ría, hijos de puta (Almiar de Emociones II)
Estaba en un conocido café hablando con unos amigos acerca de las injusticias que nos rodean y del porqué de la aceptación cansina de situaciones, que a todas luces, deberían ser intolerables. <br /> <br />Uno de los asistentes, espetó al resto, "a mi me la pela, que les den". El problema que surge de tal actitud, es que no les dan. Y de esta forma, las situaciones de desigualdad, de injusticia y de opresión, se mantienen, con tendencia a establecerse indefinidamente. <br /> <br />Es por ello, que decidí que este segundo libro de la trilogía, Almiar de Emociones, sirviera como ejemplo, como acicate para el ejercicio de una de las profesiones de un poeta, como decía Anthony Burgess , cultivador de grietas, facilitador de la apertura de espacios nuevos en los muros cotidianos, que no por verlos todos los días, desaparece su función principal de contenedores de nuestras expectativas. <br /> <br />No me gustaría darle la razón a Cervantes cuando decía, que el año que es abundante en poesía, lo es también de hambre, pero me temo que el maestro sabía muy bien de lo que hablaba. Conozco muchos poetas que quedan aletargados cuando sus bolsillos se llenan de dinero, o su ego de vanidad. Espero que este libro procure herramientas nuevas, emociones renovadas para que juntos podamos luchar por un mundo mejor.