Si está demostrado que primero sentimos, luego pensamos y luego actuamos, y lo que queremos es contagiar el entusiasmo por un cambio, una transformación en la empresa, empecemos por la raíz: HAGAMOS SENTIR A LA GENTE. Acariciemos su amígdala.
No por ir al trabajo debemos hablar a la gente sólo desde la lógica: utilicemos la fuerza que tiene hablar a la gente desde la emoción.
Si está demostrado que primero sentimos, luego pensamos y luego actuamos, y lo que queremos es contagiar el entusiasmo por un cambio, una transformación en la empresa, empecemos por la raíz: HAGAMOS SENTIR A LA GENTE. Acariciemos su amígdala.
No por ir al trabajo debemos hablar a la gente sólo desde la lógica: utilicemos la fuerza que tiene hablar a la gente desde la emoción.
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